Samhain y los celtas, la nueva noche de Hallowen. Origen y creencias

Se dice que los antiguos pueblos celtas, a finales del mes de Octubre festejaban el final de la cosecha”, bajo el nombre de la palabra gaélica Samhain, “El final del verano”. Esta celebración llena de simbolismo y espiritualidad, representaba un uso social en el tiempo, se almacenaban las provisiones para el invierno y se realizaban sacrificios. El sistema de creencias de los celtas tenía su base en el culto a la Naturaleza y a sus ciclos estacionales. Se separaba el año en invierno y verano, por tanto la noche de Samhain respondía a la significación del comienzo del invierno, el fin del verano, “donde los campos dormirían hasta la próxima primavera” Para los celtas, en la noche de Samhain (Conocida en la actualidad como la noche de Halloween), los espíritus de los muertos visitaban a los mortales. Durante este día los muertos podían pasar al lado de los vivos y retornar por unas horas a sus antiguos hogares, y el velo existente entre el presente, el pasado y el futuro caía, (BANNATYNE, 1990:4).

Como ritual más característico, se prendían hogueras para espantar a los malos espíritus, se dejaba comida y dulces fuera de las casas para los espíritus muertos, se encendían velas para guiar las almas de los muertos hacia la luz y el descanso junto al dios Sol. Se afirma además, que los celtas iban recogiendo alimentos por las casas para las ofrendas a sus dioses, que en ocasiones iban acompañadas de algún sacrificio humano. Representaban el espíritu que para su visión les atribuía poder, con un nabo hueco con carbones encendidos dentro. (Algo parecido a la calabaza encendida por dentro que se usa en la actualidad).

Después del período de romanización de los pueblos celtas sobre el siglo I antes de Cristo, y aunque la religión de los druidas desapareció, la noche de Samhain siguió existiendo y conservando la mayoría de sus ritos pero se sustituyeron los sacrificios humanos por la quema de efigies. Por tanto esta tradición llegaría hasta la Europa medieval, sobre todo en los pueblos de origen celta.

Llegó la expansión del cristianismo, y la fiesta pagana de Samhain pasó a ser el día de “Todos los Santos”, (All Hallow´s Eve). Aún así, se dice que los irlandeses siguieron la tradición festiva de la noche de Samhain. Cuando en el siglo XVIII, los inmigrantes irlandeses llegan a Norteamérica, llevan su cultura y sus costumbres, y entre ellas la noche de Samhain. Pero es a finales del siglo XIX, cuando EEUU recibe muchos inmigrantes de origen celta, y la fiesta irlandesa, mezclada con creencias indias y un colonialismo rebosante, dan lugar a la fiesta de Halloween, incluyendo entre sus tradiciones la leyenda de “Jack O´Lantern”, un irlandés que una noche de hallowen se encontró con el diablo, como no podía entrar en el cielo, tuvo que regresar entre el viento y la oscuridad, iluminado sólo por un carbón arrojado por el Diablo que tuvo que meter en una calabaza para que no se apagara. Desde entonces, Jack vagaba por los pueblos pidiendo “truco o trato”. Lo recomendable es aceptar trato porque sino Jack haría “truco” y maldeciría la casa y la familia. Como amuleto, se usaban calabazas de formas horrendas para no encontrarse con él”.

“La fiesta de halloween carece ya de sentido religioso, y como tantas otras, forma parte de nuestra sociedad y cultura consumista” Una fiesta ancestral disfrazada para la sociedad del ocio y del consumo, que presenta un carácter lúdico y comercial con fiestas de disfraces, bromas, etc.Al principio, la fiesta de Halloween sólo se celebraba en los países anglosajones, pero la fuerza cultural de Estados Unidos, ha difundido esta costumbre al mundo.

El origen celta de esta celebración, hizo necesaria la investigación del mundo celta y de sus creencias, que nos aportó una visión diacrónica e histórica de Halloween, muy importante para la comprensión de la celebración de la fiesta en la actualidad, y nos sirvió para corregir la visión sincrónica que tiene esta celebración en el presente. Es una fiesta que pervivido pese a los muchos intentos por asimilarla dentro de la tradición cristiana, y que ahora tras profundas reelaboraciones, vive un nuevo esplendor.

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